viernes, 30 de noviembre de 2012

Capítulo 1. Gale Hawthorne.


Aquí tenéis el primer capítulo. No es muy largo ya que no he tenido mucho tiempo libre para escribir. Espero que os guste y si tenéis alguna duda o queréis darme algún consejo me encantaría escucharlos, ya sea por comentarios o por algún otro lado. Y si alguien está escribiendo un blog me encantaría saberlo para leerlo y recomendaros. En fin, que lo disfrutéis.


Los primeros rayos de sol que entran por mi ventana provocan que despierte de esa horrible pesadilla. Mi hermano está aún durmiendo, así que hago el menor ruido posible y me dirijo a lo que llamamos cocina. Por mucho que intente recordar que he soñado no lo consigo. Aunque ya me he acostumbrado a este tipo de sueños, ya que todos los años, este mismo día, todos los chicos y chicas que forman parte de la Cosecha tienen algún tipo de pesadilla. Aún así me considero afortunado. Este año es el último año que mi nombre entrará en la urna. Pero no todo es felicidad. Me he salvado de salir elegido seis años. Pero este año, además de ser el último, es en el que mi nombre está más veces en la urna. Un total de cuarenta y dos veces.
En la cocina encuentro el saco con el que siempre cazo. En él siempre hay todo tipo de instrumentos gracias a los cuales puedo montar algunas trampas. Aun es muy temprano, pero quiero disfrutar del que puede ser mi último día en el Distrito 12. Así que voy a mi habitación y me visto con lo primero que encuentro. Cojo mi saco y salgo al frío amanecer. No tengo que avisar a mi madre ya que ella sabrá perfectamente donde he ido.
Llego a la altura de la alambrada que rodea al Distrito 12 y acerco el oído. Nada. Ni una sola vibración que me alerte si estuviera electrificada. Así que me cuelo entre sus alambres y llego al bosque. Está amaneciendo así que es el momento en el que el bosque comienza a despertar. Sé que no encontraré aquí a Katniss, aun es demasiado temprano y dudo que venga hoy a cazar. Seguramente quiera estar toda la mañana con su hermana. Es la primera vez que su nombre entrará en la Cosecha y, aunque su nombre sólo entra una vez ya que Katniss jamás le permitiría pedir teselas, seguro que estará muy nerviosa. Aunque tampoco creo que Katniss pierda el que puede ser su último día de caza. Coloco un par de trampas cada doscientos metros y cuando ya no puedo montar nada más vuelvo al principio y recorro el camino de nuevo. No han caído muchos animales ya que no hace ni una hora que coloqué las trampas. Recojo lo que he atrapado: un par de ardillas y una liebre, y abandono la espesura del bosque.
La Veta está extrañamente silenciosa ya que no hay ningún minero camino de las minas. Esto hace que no pueda evitar imaginarme el año que viene, madrugando cada día para ir a las minas, las mismas minas en las que falleció mi padre. Esto último me provoca un nudo en la garganta y una terrible sensación claustrofóbica. Llego al Quemador, aquí siempre hay gente, sean las horas que sean, a pesar de que está prohibido. Intercambio la liebre por unos artilugios que me gustaría probar para fabricar trampas. Las ardillas prefiero guardármelas para la panadería. Quién sabe si hoy podré conseguir algo de pan.
Cuando dejo el Quemador me dirijo a la plaza del Distrito 12 y echo un vistazo al edificio de justicia. Hay muchos agentes de la paz preparándolo todo. Trabajan en unos grandes altavoces y en la pantalla en la cual reproducirán la misma película de todos los años y a la que nadie le hace caso. Nadie tiene ganas de escuchar una y otra vez como el Capitolio derrotó a todos los distritos en la rebelión y como nacieron Los Juegos Del Hambre. A veces me imagino organizando una rebelión, acabando con el Capitolio de una vez por todas y devolviendo la felicidad a los doce distritos. Pero entonces veo las caras de los habitantes del doce y sé que no lograríamos nada. Están demasiado asustados. Aunque es normal, ya que si se iniciara una nueva rebelión seríamos los primeros en caer. Somos los peor preparados para vivir por nosotros mismos además de que el Capitolio vendría a por nosotros, destruiría nuestro hogar. Sí, esa sería la única forma de asustar a los demás distritos. Ya lo demostraron al destruir el Distrito 13 hace tres cuartos de siglo.
Cuando llego a la panadería dudo un poco pero finalmente abro la puerta. Por suerte no me encuentro con la mujer del panadero, pero sí con él y con su hijo Peeta. Ambos levantan la mirada pero solo es el panadero el que sigue mirándome, su hijo baja inmediatamente la cabeza y sigue en su trabajo. Está decorando un pastel, no lo hace nada mal, pero dudo que haya alguien en el doce que pueda permitirse pagar eso, ni siquiera el alcalde podría.
-Hola, Gale. ¿Preparado para tu último año en la Cosecha?
Me encojo de hombros y me acerco al panadero. No es buena idea decirle todo lo que opino sobre la Cosecha.
-Sí, yo también recuerdo mi último año. Recuerdo estar muy nervioso, más que ningún otro año, excepto, claro está, cuando entró mi nombre por primera vez. ¿Y tu amiga Katniss?
Y entonces veo como Peeta levanta la cabeza de su pastel. Ha sido fugazmente, puede que ni él se haya dado cuenta de que la ha levantado, pero yo sí. Y eso me molesta. Sé que no puedo estar celoso. Katniss es mi mejor amiga y, por lo que sé, ellos son compañeros de clase. Es normal que se haya interesado por ella. Pero por mucho que lo intente, mi pequeño discurso mental no impide que una alarma en mi cabeza salte.
-Aún no la he visto. Puede que esté tranquilizando a su hermana. Hoy es el primer año de Prim. Seguramente lo esté pasando mal.
-Vaya, es verdad. No recordaba que Prim ya tiene doce años. Hay que ver lo rápido que pasa el tiempo. – Noto algo de tristeza en sus ojos. Entonces mira a su alrededor, como si se asegurara de que nadie lo oyera. - ¿Me has traído algo?
-Pues sí, por eso había venido. – Le dijo en un susurro.- Dos ardillas a cambio de un panecillo, como siembre.
Me mira indeciso, como si no estuviera de acuerdo con algo. Solo espero que no haya subido el precio.
-Hoy te haré una rebaja. ¿Qué te parece si te cambio un panecillo por cada ardilla? – Una gran sonrisa se dibuja en su cara y yo le sonrío igualmente. Y entonces es cuando oigo un carraspeo a mi derecha.
-Más te vale que no se entere mamá. Suficiente se enfada cuando ve que has perdido un solo panecillo. No quiero imaginar lo enfadada que debe de ponerse si se entera que las pérdidas son el doble.
-Ella no tiene por qué enterarse. – Le dirige una severa mirada a su hijo antes de darse la vuelta y entrar en el almacén.
Nos quedamos solos Peeta y yo, el silencio es muy incómodo. No puedo evitar dirigirle una mirada al pastel, es increíble. El pastel es una maravilla pero sobre todo por los dibujo que recorren los lados.
-Vaya, es precioso. – Le digo, sin darme cuenta me he acercado mucho. El olor me embriaga. Parece delicioso.
-Gracias. – Me responde sin ni siquiera levantar la mirada. Genial, eso me pasa por intentar ser amable. - ¿Así que es tu último año? – Me pregunta pasados unos minutos.
-Sí.
-Que suerte. A mí aún me quedan tres años.
-Yo también he pasado por todos esos años. Aunque la verdad es que sí, ha sido suerte. Con todas las veces que ha entrado mi nombre no sé como es que no he salido aún. Aunque este año no es que entre menos veces.
-A veces me siento mal. De todos mis compañeros puede que yo sea el único que nunca ha tenido que pedir teselas. Con esto de trabajar en una panadería mi familia nunca ha pasado hambre. Aunque ser el hermano mayor no ayuda. Si alguno de mis hermanos saliera está bastante claro quién se presentaría voluntario.
-Creo que en eso estamos iguales. Aunque ahora que tengo dieciocho años, a no ser que sea hoy, no tendré la ocasión de presentarme voluntario por ninguno de ellos. – En ese momento sale el señor Mellark con mis dos panecillos. – Muchas gracias.
-A ti, Gale.
-Adiós señor Mellark. Y adiós Peeta. – El último me devuelve el saludo con la cabeza y vuelve a su trabajo.

lunes, 26 de noviembre de 2012

¡Hola queridos lectores!

Antes de nada deciros que no sé cuando subiré el primer capítulo. Estas próximas tres semanas las tengo llenas de exámenes y 1º de bachillerato no es un curso fácil, al menos para mí. Así que os pido paciencia. También quiero daros las gracias porque si estáis leyendo esto es porque vuestra intención es leer la historia que iré subiendo poco a poco. Tampoco os aseguro que haya regularidad en las subidas de los capítulos. En fin, que nos vemos pronto y que si alguien quiere contactar conmigo aquí os dejo mi twitter. Muchas gracias (:
http://twitter.com/AnadelaChica