lunes, 15 de abril de 2013

Capítulo 15. Sé lo que sientes


Chicos siento mucho no haberlo subido cuando debería, pero estaba de viaje. No sé cuando volveré a subir el siguiente, es el último trimestre y no estoy muy inspirada, la verdad. Daros las gracias por comentarme en todos los capítulos, me hacéis sonreír mucho y eso es algo que ahora mismo agradezco enormemente. Os suplico, de nuevo, que me mandéis fotos. También deciros que he sido nominada a los premios J. Mason en el blog Verano Número 16 y quería darle las gracias a su autora y os agradecería mucho sin entrarais y me votaseis. Bueno os dejo ya con el capítulo. Espero que os guste.


Salgo del comedor y me voy a mi habitación corriendo. Cierro la puerta de un portazo y me tumbo en la cama. No quiero saber nada de los juegos, nada del Capitolio, nada de Panem. Y nada de Katniss Everdeen. Cierro los ojos y entro en el único mundo donde estoy a salvo del Presidente Snow. El mundo de mis sueños.

Cuando me despierto me encuentro con Portia sentada en el único sillón que hay en el dormitorio.

-¿No crees que reaccionaste exageradamente anoche?

Al principio no sé de qué me habla, pero entonces lo recuerdo.

-¿Cuánto falta para el desayuno?

-Dos horas – se hace un silencio incómodo. No he dormido mucho y, por suerte, no tengo sueño.- ¿Y bien?

Miro fijamente a Portia. Tras conocer los resultados de anoche y ver que Katniss había sacado la mejor puntuación salí precipitadamente de la sala. Ahora me detengo a pensar el por qué, pero no lo conozco. Me molestó que no sacara menos de un 8. Por un lado no debería extrañarme que tuviera una puntuación mayor que yo. Siempre ha sido mejor con el arco, siempre ha sido mejor cazadora en el bosque. Pero por otro lado, ha sacado más nota que los profesionales, y eso ya no es tan normal.

-Supongo que me extrañó su puntuación.

-Tal vez deberías alegrarte por ella, Gale. Quiere volver a casa, como tú. No es su culpa ser mejor de lo que creías.

Me quedo mirando el suelo fijamente. Tal vez tenga razón. Debería alegrarme porque tenga más probabilidades de volver a casa. Pero eso significa que yo estoy más lejos de ver a mi familia.

-Tengo que ir a arreglarme, Gale. Espero que pienses en lo que te he dicho. Para ganar los juegos no puedes estar solo. Necesitas tener a alguien a quien confiarle tu vida.

Tras este comentario, Portia desaparece de la habitación. Dejándome solo, a mí y a mis pensamientos. Decido darme un largo baño ahora que tengo tiempo. Dentro de dos días estaré en la arena. Luchando por sobrevivir, si siguiera con vida. Cada vez me resulta más imposible ganar. ‘Al menos intentaré que Katniss vuelva a casa. Uno de los dos debe volver para cuidar de nuestras familias’ Sí. Ayudaré a Katniss en todo lo que pueda.

Cuando llego a desayunar me sorprendo al ver que solo está Katniss.

-Te estaba esperando. – dice sin apartar la mirada de su plato – Quiero saber a qué vino esa reacción anoche.

-Nada, fue una tontería. – digo mientras me siento enfrente de ella -  Lo siento. Ver que tu puntuación era la más alta me mosqueó un poco, lo reconozco. Pero tengo que darte la enhorabuena. Si no soy yo quien vuelve a casa, me gustaría que fueses tú.

Levanta la mirada de su plato y me dedica una mirada cargada de pena. Sé lo que piensa. Ella va a luchar por volver a casa, y nuestra amistad de años no conseguirá cambiar nada.

Al rato llegan Effie y Haymitch y apenas nos dan tiempo para desayunar. Effie se marcha con Katniss a su habitación y yo me quedo con nuestro mentor.

-Necesitamos que tu carácter sea de una forma específica. Que al oír tu nombre, Panem piense inmediatamente en un adjetivo para describir tu conducta. Que tenga una idea de cómo te comportarás en la arena. ¿Lo entiendes?

Yo asiento, aunque no he comprendido muy bien lo que quiere decir. Él comienza a hacerme preguntas sobre mi vida en el Distrito 12 y sobre el Capitolio. Intento cortarme un poco con estas últimas preguntas, ya que mi opinión no es muy favorable para el Presidente Snow. Tras lo que parecen años, Haymitch carraspea y me mira fijamente a los ojos.

-Venganza. Gale el vengativo, ese serás tú.

-¿Crees que es buena idea? – le pregunto. Querer vengarme del Capitolio puede traerme problemas.

Haymitch se acerca a mí mucho. Noto su aliento en mi cuello y me estremezco.

-Vas a hacer que te recuerden, Gale. Intentarás ganar pero si no lo consigues, habrás formado una huella en los habitantes de Panem. – se separa de mí y me guiña un ojo. – Sigamos practicando.

Las preguntas continúan durante horas hasta que al fin aparece Effie por la puerta.

-¿Listo? – pregunta a Haymitch.

Éste asiente. Me levanto y me voy con Effie a mi habitación. Por el camino nos cruzamos con Katniss que se dirige al salón, donde está Haymitch.

-Suerte – susurra al pasar junto a mí. No sé a qué se refiere.

Llegamos a mi habitación. En el centro hay un sillón. Effie me empuja hasta él y hace que me siente. Al parecer, al menos estaré cómodo.

-No, no, no. No puedes sentarte así.

De repente me doy cuenta de por qué estoy aquí. Effie se encarga del comportamiento. Suspiro y miro al techo. Las próximas horas serán las peores de toda mi vida. Y no me equivoco.

Cuando terminamos tengo un dolor agudo en pies, rodillas y espalda. Voy casi cojeando a comer y miro a Effie con temor. Dudo que en los juegos sufra lo que ella me ha hecho sufrir unas horas antes.

-Ahora nos toca a nosotros chicos – anuncia Portia con su voz cantarina.

-Sí, vais a quedar alucinados con nuestros trajes. Espero que os gusten, sinceramente nos hemos esforzado mucho en ellos. Especialmente en el tuyo Katniss. – miro a Katniss que se sonroja un poco.

En mi habitación me encuentro con Carlo, Madox y Edilia que me preparan una bañera llena de cremas y líquidos. No tengo que volver a pasar por la depilación pero algunas cremas me raspan la piel hasta enrojecerla.

-¿Estás preparado para la entrevista, Gale? – me pregunta Edilia.

Yo me encojo de hombros. No me apetece hablar ahora mismo. Los nervios comienzan a dar señales de vida.

Cuando Portia llega a mi habitación con una enorme bolsa donde supongo que llevará mi traje para las entrevistas, me siento agotado y me arrepiento de no haber dormido más horas.

-¿Cómo te siente? – me pregunta mientras se sitúa delante de mí y coloca su mano en mi hombro.

-Nervioso.

-Debo advertirte. Sé lo que opinas de todo esto, de los juegos; pero tienes que tener cuidado con lo que dices. Si te equivocas, personas inocentes podrían pasarlo mal.

Yo asiento. Sé a lo que se refiere. Si no fuera por mi familia yo ya habría hecho algo contra el Capitolio en el tiempo que llevo aquí; pero sé que mi familia pagará las consecuencias.

Portia abre la bolsa de mi traje y me lo muestra. Consta de unos pantalones negros sencillos, una camisa del mismo color y una chaqueta. Cuando me visto me doy cuenta de que la chaqueta tiene los bordes rojos que eliminan la monotonía del diseño, y en las mangas hay unas llamas que suben por el antebrazo. No es nada en comparación con el traje del desfile, pero viene perfecto teniendo en cuenta que me mostraré vengativo en las entrevistas.

Portia me coge del brazo y me acompaña hasta el ascensor. Cuando se detiene, el corazón me late muy fuerte. No puedo cometer errores, ahora menos que nunca.

-¿Listo? – miro a Portia a los ojos y asiento.

Atravesamos las puertas del ascensor y me conduce por unos pasillos hasta que llegamos a la parte de atrás del escenario donde se encuentra Caesar Flickerman, el entrevistador.

-Ahora os sentaréis todos delante del escenario. Escucha a todos los tributos, Gale. Cualquier pequeño detalle puede aportarte mucha información para los juegos. ¿Entendido?

Vuelvo a  asentir. En ese momento llega Katniss con Cinna. La miro de arriba abajo. Está preciosa. Lleva un vestido con piedras preciosas cosidas a él. No tiene pinta de ser muy ligero. Ella también me mira de arriba abajo y me sonríe.

Me giro y compruebo que hemos sido los últimos en llegar, por lo que en cualquier momento pasaremos a estar ante las cámaras. Intento respirar con tranquilidad mirando a los demás tributos. Al otro lado de la sala veo a Cato que me mira con odio. A su lado está Clove que no me mira a mí, sino a Katniss. Supongo que nuestras puntuaciones han sorprendido a más de un tributo. Justo cuando la voz de Caesar anuncia que vamos a aparecer mi mirada y la de Clove se juntan. No puedo mirarla como antes. Llegué a pensar que sería diferente, que no sería capaz de hacer daño. Pero me equivoqué. Hará lo que haga falta para regresar a su distrito. Aunque en cierto modo, eso es lo que todos vamos a hacer.

Noto como alguien me empuja por detrás y avanzo hacia una puerta. La luz de los focos me deslumbra, mantengo la vista fija en la espalada de Katniss para guiarme. Me siento desorientado y temo desmayarme en cualquier momento. La gente aplaude eufórica y el ruido me tapona los oídos. Cuando llegamos a unos sillones todos nos sentamos formando un medio círculo. Yo soy el que lo cierra, por lo que seré el último en ser entrevistado.

Caesar habla sobre las entrevistas de los juegos del año pasado y comenta por encima las puntuaciones. Yo apenas lo escucho ya que intento centrarme en estar más calmado. Unos instantes después veo como Glimmer sube al escenario. Lleva un vestido rosa de vuelo y su pelo suelto y mucho más rizado que de costumbre. Intento escuchar lo que dice pero me resulta casi imposible. Coloco mi cabeza entre mis manos y miro hacia el suelo. Las palabras de Portia resuenan en mi cabeza. Debo concentrarme.

Suena una sirena que marca el final de la entrevista de Glimmer y maldigo no haber estado más atento. Ahora Cesar llama a Marvel, el chico del Distrito 1. Caesar le pregunta sobre su nota y él contesta que estaba algo nervioso, pero que podría haber sacado una nota mayor y va a sorprender a Panem en la arena. Tal vez diga la verdad o no sepa cómo explicar haber sacado menos puntuación que los tributos de los distritos menos preparados para la arena, nosotros, los tributos del doce.

Después sube Clove. Lleva puesto un vestido naranja. Vestida así parece menor que yo, más niña.

-Hola Clove. La verdad, no me sorprende tu puntuación viniendo de donde vienes, pero aun así tengo que decir que es asombrosa. Un 10 nada más y nada menos. Enhorabuena.

-Gracias Caesar. Pero creo que no importa de dónde vengamos. No solo los tributos de los primeros distritos pueden sacar puntuaciones altas.

En ese momento me doy cuenta de que tiene razón. Ella y yo hemos sacado lo mismo, un 10, a pesar de que ella está mucho más preparada que yo. Me muerdo el labio y me invade el remordimiento. No puedo seguir pensando mal de esta chica, tenemos más cosas en común de las que pensábamos.

-Dinos algo sobre ti, tu forma de pensar, ¿vas a sorprendernos en la arena?

Clove ríe y la dulzura de su risa me provoca un escalofrío.

-Todos vamos a sorprender a Panem. Al menos los que superen los primeros minutos.

-Siendo del Distrito 2 entiendo que lucharás en esos primeros minutos para conseguir provisiones, ¿no?

-No te equivocas, Caesar.

Suena la sirena y ambos se ponen en pie.

-Me alegro de haber charlado contigo, Clove.

-Lo mismo digo, Caesar.

Clove baja y se sienta en su sitio no sin antes haberme dedicado una sonrisa. El siguiente en subir es Cato, quien sube completamente decidido.

-Hola Cato.

-Hola Caesar.

-¿Qué tal? ¿Preparado para los juegos?

-Más que preparado.

-Te presentaste voluntario así que confío en que vas a ser alguien difícil de vencer. ¿Te sientes orgulloso se representar a tu distrito?

-Por supuesto. Llevaba años esperando cumplir los dieciocho años para presentarme voluntario, representar a mi distrito y ganar.

Seguro de sí mismo. Esa es su estrategia esta noche. No permite una duda sobre lo que va a hacer y va a conseguir en la arena.

Las entrevistas siguen pasando pero yo no presto mucha atención. Los que de verdad me interesaban eran los profesionales. En las entrevistas de Cassy y Will, Caesar pregunta sobre sus padres. Los tributos siguen subiendo al escenario y después bajan de este. Cuando llegan a Katniss mi pánico casi ha desaparecido.

-Me encantaría saber qué pasó en la sesión privada. Cómo alguien del Distrito  12 pudo conseguir un 11.

-Es privada, Caesar.

-Sí, por desgracia – Caesar parece decepcionado por no haberle sacado información.

-Dime una cosa, cuando te despediste de tu hermana tras presentarte voluntaria por ella, ¿qué le dijiste?

-Le dije que ganaría por ella. Se lo prometí.

-Y sé que lo harás. – suena la sirena y Caesar se levanta con la mano de Katniss entre las suyas – Con todos ustedes, Katnis Everden. ¡La chica en llamas!

Todo el mundo aplaude eufórico, pero sólo yo veo cómo Katniss intenta contener las lágrimas. Cuando baja se sienta a mi lado. Caesar me llama y me levanto, dispuesto a subir al escenario.

-Hola Gale. ¿Cómo estás?

-Bien, supongo.

-Dime, ¿qué te parece el Capitolio? La diferencia con el Distrito 12 debe ser muy grande.

-Me gusta más mi distrito. Estar rodeado de la gente que me conoce me transmite seguridad.

-Dudo que haya un lugar tan seguro como el Capitolio pero si tú lo dices… Y ahora cuéntame algo sobre ti. ¿Hay alguien esperándote en casa?

-No – en seguida me doy cuenta de que he respondido demasiado rápido. Por el rabillo del ojo miro a Katniss. No, no está en casa.

-¿Seguro que no me estás mintiendo?

-Seguro – bajo la vista al suelo. No sé mentir, jamás he sabido. Ahora mismo todo Panem sabe que estoy mintiendo.

La sirena suena y bajo del escenario. Todos los tributos nos marchamos y Katniss y yo nos vamos juntos en el ascensor.

-Se ha notado que mentías cuando has dicho que no había nadie.

-Sí, lo sé. Nunca he sabido mentir. Ya sabes, siempre hay alguien. – entonces caigo en algo que hace que enrojezca de la rabia – Para ti también lo hay.

-¿Qué? – veo por el rabillo del ojo que me mira con los ojos muy abiertos.

-Ya me has escuchado.

-Gale, no hay nadie para mí en el doce. No sé de donde has sacado eso.

-Sí, claro. Lo que más me molesta es que lo niegues. Lo sé, Katniss, no es necesario que me mientas.

-¡Yo no te miento Gale! – la conversación comienza a subir de tono. Pero de repente las puertas del ascensor se abren. Hemos llegado a la planta número 12.

Frente a nosotros están Cinna y Portia.

-Venga chicos, iremos a vuestras habitaciones a ayudaros con la ropa. Hoy cenaréis antes, tenéis que descansar.

Yo asiento y me marcho con Portia. Cuando llegamos a mi habitación caigo sobre la cama, agotado. Jamás me había dado cuenta de lo cómoda que son estas camas del Capitolio hasta hoy.

-¿Estás bien Gale?

Niego con la cabeza. De repente me han entrado unas ganas enormes de llorar. Mañana entrenaremos, en teoría. Dentro de dos días, posiblemente ya sea un asesino.

-Sé lo que sientes por ella, Gale.

Me levanto de golpe de la cama y observo a Portia. Aún está en la puerta, observándome.

-No sé de qué me hablas.

-Sois amigos desde hace años. Sé que la amas, Gale.

4 comentarios:

  1. WoW Es muy bueno :) Me he enganchado en seguida XDD

    Yo también tengo un blog y estoy escribiendo Los Juegos de Finnick como mi primer fic.

    No sé si está permitido dejar la dirección del blog por aquí, si tienes que borrar el comentario, sin problema :)

    http://fanfics-san.blogspot.com/2013/03/los-juegos-de-finnick.html

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias (: Me alegra que te guste. Y tranquila no voy a borrarlo. Si puedo me paso y lo leo, pinta muuy bien jajaja (:

      Eliminar
  2. es genial!!! porfavoooor no tardes muchoo en subir el siguiente:)

    ResponderEliminar