domingo, 17 de marzo de 2013

Capítulo 12. No son casualidades

Hola tributos. Es uno de los capítulos que más me ha gustado escribir, ha sido algo diferente. Los últimos han sido demasiado monótonos y creo que ya he pasado esa fase. A partir de ahora los haré mucho más interesantes, o al menos lo intentaré. Tengo dos cosas para deciros. Una de ellas es que mi otro blog, el de Josh, voy a 'empezarlo de cero'. No sé como continuar así que he cambiado la estructura. Lo segundo, el 'juego' (si se le puede llamar así) que estoy haciendo. Os suplico que me mandéis fotos. A los que me las mandéis, las subiré todas, recomendaré vuestro blog y os permitiré hacerme una pregunta sobre el blog, sobre mí, haceros un favor... todo lo que queráis (eso tenéis que mandármelo junto a las fotos). Bueno, aquí os lo dejo. Saludos ^^



-Locos, completamente locos – Haymitch ha intentado mantener la calma pero finalmente se ha puesto en pie y cada vez está más rojo - ¿Para qué me pedís consejos si luego no me hacéis caso? Tenía una estrategia planeada, iba a conseguir sacaros a alguno de los dos de la arena y acabáis de estropearlo todo.

-¿Y a quién ibas a sacar Haymitch? – pregunta Katniss a la defensiva.

-¿Eso es lo que queréis? ¿Qué todos sepan no solo vuestros puntos fuertes sino también los débiles? – Haymitch continúa como si no lo hubieran interrumpido. Poco a poco comienza a gritar. – No sé qué queréis conseguir demostrándoles lo que sabéis.

-¡HAYMITCH PARA YA! –me levando de la mesa y doy un fuerte golpe. Effie, quien ha estado observando la escena sin decir palabra, suelta un gritito junto a mí por mi reacción. Finalmente consigo lo que quería, Haymitch se sienta despacio en su silla y me mira. – Tu estrategia no estaba mal Haymitch pero somos nosotros los que vamos a la arena. No podemos basarnos en estrategias, allí va a haber acción y tanto Katniss como yo tenemos que estar preparados. Por eso hemos decidido entrenar como el resto de los tributos. Es nuestra decisión. Tú eres nuestro mentor y debemos hacer caso a tus consejos pero si hay algo con lo que no estamos de acuerdo…

-Antes de hacer lo que queráis deberíais comentármelo para que os de mi consejo. Es mi trabajo. – y dicho esto Haymitch vuelve a levantarse y sale del comedor sin terminar de cenar.

-Voy a hablar con él. - Effie se limpia con una servilleta y va detrás de Haymitch pero antes de dejarnos a Katniss y a mí solos se gira y me mira fijamente – Gale, tenemos que trabajar tus modales. – después desaparece.

-¿Mis modales? – miro a Katniss que me mira a su vez - ¿Esta mujer solo piensa en modales?

-Gale relájate – aunque la intención de Katniss sea tranquilizarme no lo consiguen – Es su trabajo. Haymitch nos prepara para los juegos y Effie para el Capitolio. Solo intenta que gracias a nuestro comportamiento consigamos patrocinadores.

-¿La defiendes? – aunque ya no estoy gritando aún noto estrés e indignación en mis palabras. – Después de lo que acaba de pasar en lo que menos pensaría yo sería en mis modales.

-¡Gale solo intenta ayudarnos! ¿Por qué sigues sin confiar en ella?

El tono de la conversación comienza a subir de nuevo.

-No lo sé Katniss – digo con ironía - ¿tal vez porque es del Capitolio?

-Trabaja con tributos del doce desde hace años. No creo que le agrade vernos morir. Solo quiere ayudarnos. – repite esta frase haciendo énfasis en cada una de las palabras.

-Pues yo no necesito su ayuda – me levanto de la mesa y grito directamente a Katniss - ¡No necesito ayuda de nadie!

Katniss se levanta y se acerca todo lo que puede a mí.

-Entonces tampoco vas a necesitar mi ayuda. A partir de ahora se acabó nuestra alianza – dice dibujando unas comillas en el aire.

-¿Qué quieres decir?

-Quiero decir que tú y yo no vamos a estar juntos en la arena. Búscate a tus aliados. Yo me buscaré a los míos.

-Y así termina todo, ¿verdad? – poco a poco empiezo a olvidar mi enfado.

-¿Qué quieres Gale? Yo quiero volver y tú también. Alguno tiene que ganar y estar juntos sólo nos pondrá las cosas más difíciles. ¿No crees?

Me quedo sin palabras. Llevamos casi una semana  en esta situación y aún no hemos hallado la solución a esa pregunta. No le contesto, simplemente salgo por la puerta y me voy directo a mi habitación. Es mejor seguir los planes de Katniss y no saber nada el uno del otro hasta que no lleguemos a la arena y tengamos que enfrentarnos.


Los días pasan lentos. En las sesiones de entrenamiento me paso el día encendiendo hogueras, aprendiendo a montar trampas que jamás había visto, escalar y hacer pruebas físicas. Pero me mantengo alejado de las armas. También me limito a observar a Katniss en la distancia. Con los demás tributos no tengo relación. Will y Cassy me saludan cuando me cruzo con ellos y los profesionales me ignoran, o al menos la mayoría de ellos. Siempre siento como si un par de ojos estuvieran clavados en mi espalda.

-¿Habéis pensado ya que vais a hacer en la sesión privada? – Haymitch me despierta de mi insomnio.

La sesión privada. Cuando terminemos de desayunar Katniss y yo tendremos que bajar y nos tocará demostrarles a los vigilantes de lo que somos capaces. Ellos tendrán que puntuarnos.

-Arco – se limita a decir Katniss sin levantar la vista de su plato.

Yo no contesto, me quedo mirando a Katniss fijamente. No hemos vuelto a hablar desde aquel día. La echo de menos, pero intento aliviar el vacío que siento con la idea de que es lo mejor.

-¿Y tú Gale?

Dejo de mirar a Katniss y miro a nuestro mentor.

-Supongo que trampas – digo bajando la cabeza.

-¿Supones? Yo creo que deberías tener tu idea segura.

-Soy bueno con el arco y las trampas – me limito a contestar.

-Pues ya sabes lo que tienes que hacer. – Después deja de mirarme y se dirige a ambos, a Katniss y a mí – Solo disponéis de unos minutos, así que debéis distribuir el tiempo.

Terminamos de desayunar y Katniss y yo nos dirigimos al ascensor. Antes de que las puertas se cierren Effie y Haymitch se acercan y nos desean suerte.

-Haced que os recuerden – sentencia Haymitch antes de que las puertas se cierren.

Katniss y yo nos quedamos en silencio. El silencio debería ser el mismo que estos últimos días, pero no es así. Este es más incómodo que ninguno de los anteriores.

De repente el ascensor se detiene pero las puertas no se abren. Katniss y yo nos quedamos inmóviles y noto como su cuerpo, a mi lado, se tensa. Como en el bosque. Me obligo a quitarme ese pensamiento de la cabeza. Las puertas siguen cerradas. Katniss se acerca poco a poco a ella y pega un oído. Yo la imito pero no se oye nada. El motor de la maquinaria se ha detenido. Miro a Katniss y después de unos días interminables, nuestras miradas se cruzan.

Sus ojos marrones están fijos en los míos, del mismo color. Nuestro parecido siempre ha sido asombroso, podría decirse que somos parientes. Volver a encontrarme con sus ojos hace que tenga ganas de sonreír pero no es el momento. Estamos atrapados en un ascensor. Del Capitolio. No es momento para sonreír. Separo mis ojos de los suyos y miro las pareces metalizadas del ascensor. Intento hacer un esfuerzo por separarlas, y a pesar de que Katniss se ha unido al esfuerzo, éste resulta nudo. Cuando nos separamos de las puertas estamos agotados, golpeo la puerta con el pie y con el hombro, pero no ocurre nada. Me siento en el suelo apoyando mi espalda en las puertas  y ella se sienta junto a mí.

Vuelve esta tensión entre nosotros. Me encantaría poder decirle algo como ‘Tenemos que hablar’, pero no hay nada que hablar, todo está aclarado.

-Estoy comenzando a asustarme.- rompe el silencio Katniss- Lo del tren, los demás tributos interesándose por nosotros sin conocer nuestras habilidades. Y ahora nos quedamos atrapados en un ascensor.

-¿Casualidades? – me mira con el ceño fruncido.

-Sabes tan bien como yo que no. – me limito a asentir. Esto comienza a ser demasiado extraño.

De repente las puertas se abren y Katniss y yo caemos hacia atrás, boca arriba.

Justo encima de nosotros hay dos hombres con trajes del Capitolio.

-¿Son ustedes los tributos del Distrito 12? ¿Katniss Everdeen y Gale Hawthorne?

Nos tienden dos manos para ayudarnos a levantar, pero ni Katniss y yo las aceptamos. Nos levantamos por nuestra cuenta y uno de los dos hombre nos hace una señala para que entremos por una puerta. Yo dudo, pero finalmente avanzo hacia la puerta detrás de Katniss. Sin embargo, una mano me impide avanzar.

-¿Seguro que estáis bien? - El otro hombre sujeta mi hombro y un acto reflejo hace que yo me lo quite bruscamente de encima.

No le respondo y voy detrás de Katniss. En la sala nos encontramos con los demás tributos. Unos, los profesionales, hablan animadamente; mientras que otros guardan silencio. Localizo dos asientos y me dirijo hacia ellos. Por el camino veo a Cassy y Will, quienes me saludan animados. No entiendo cómo pueden sonreír en esta situación. Me siento y veo que Katniss se ha sentado en el otro extremo de la sala. ‘Las cosas no cambian’ me digo a mí mismo.

Comienzan a llamarnos uno a uno. Primero, al chico del Distrito 1, Marvel. Lanzas. Después, llaman a la chica, Glimmer. Arco. La espera se hace eterna y cuando llaman a Cato, el chico del dos, parece que ya he pasado todo el día esperando.

Permanezco mirando el suelo pero una presencia a mi lado, en el asiento que antes estaba vacío, hace que retire la mirada.

-¿Nervioso, Gale? – escucharla pronunciar mi nombre hace que me estremezca.

-Supongo – consigo decir al final, aunque con la boca bastante seca.

-Yo también. Es un momento clave.

-¿Tú? – no puedo evitar mirarla curioso. Ella suelta una carcajada y noto como todos nos miran.

-¿En serio? Pensaba que eras diferente. ¿Crees que por ser una profesional no tengo por qué tener miedo? – me siento un poco abrumado. Es una chica más o menos de mi edad. Solo cambia el distrito en el que nacimos. – Sigo siendo una adolescente que va a luchar por su supervivencia.

-¿Por qué piensas que soy diferente?

Ella me mira sin articular palabra.

-En mi distrito siempre se ha dicho que los tributos del doce son los más débiles. Tú me has demostrado que la gente que dice eso está equivocada.  De la misma forma, tú crees que los profesionales somos fríos, calculadores y que no le tenemos miedo a nada y, al igual que los de mi distrito, la gente que te haya dicho eso también está equivocada.

Me quedo petrificado. Tiene razón. Ella sigue mirándome pero yo no soy capaz de devolverle la mirada. La chica es agradable y me encantaría conocerla, pero dentro de unos días seremos enemigos y, al igual que con Katniss, no voy a hacer las cosas más difíciles.

-¿Puedo hacerte una pregunta?

Esta pregunta atrae demasiado mi atención y no puedo resistir la tentación de mirarla.

-Por supuesto.

-Sé que tienes mucho potencial. ¿Por qué no lo has usado en los entrenamientos? Vi como disparabas esa flecha aquel día y no volví a verte hacer nada diferente que no fuera estar en los puestos de las hogueras y las trampas. ¿Por qué?

Abro la boca para responder pero un megáfono me interrumpe.

-¡CLOVE  KENTWELL!

Clove chasquea la lengua a mi lado.

-Vaya… Parece que ha llegado el momento. – se levanta y antes de salir de la sala me mira – Espero esa respuesta.

Asiento y antes de que desaparezca le digo todo lo alto que puedo:

-Suerte, Clove.

Ella se limita a dedicarme una de sus sonrisas.

6 comentarios:

  1. OYOYOYOYOYOYOY MUCHA AMISTAD ESTAN COGIENDO ESTOS DOS JAJAJAJAJAJAJA
    El capitulo genial Ana, me encanta como todos:)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. POOOOOOOOOOOOOOS CLARO, AMBOS SE VAN A HACER MUY AMIGOS JAJAJA

      Eliminar
    2. Uajajaja eso creeis? No sé, no sé.. Jajaja (:

      Eliminar
  2. JAJAJAJAJAJAJAJA Ana, te digo lo mismo que Clara, ESTOS DOS ESTAN COGIENDO AMISTAD, YO QUERO SABER QUE VA A PASAR *O*
    Me encanta, pasate por mi blog que subire en nada, ESPERO SIGUIENTE
    Adios, Clove Kentwell (Everdeen ;) )

    ResponderEliminar
  3. Hola, somos de Paracaídas Plateado y queríamos decirte que te hemos nominado a los 7 pecados de la lectura. Felicidaces :) http://paracaidasplateado.blogspot.com.es/2013/03/los-7-pecados-de-la-lectura.html

    ResponderEliminar